jueves, 30 de noviembre de 2017

SECUESTROS EN LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ

EL 8 DE DICIEMBRE DE 1977 LA DICTADURA SECUESTRA Y DESAPARECE A 12 PERSONAS EN LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ





El 24 de marzo de 1976 se había instalado en el poder la más sanguinaria dictadura “cívico- militar-eclesiástica”, derrocando a un gobierno que, si bien había sido elegido legítimamente, tras la muerte de Perón había caído en bancarrota, con un vacío de poder y de inexistente liderazgo político, cuando ya funcionaba en el país la banda parapolicial Triple A fundada por López Rega y continuada por elementos fascistas criados en los últimos tiempos de la vida que se extinguía del general Perón.
A menos de un año después se produce este hecho, en el que son secuestrados familiares, madres de Plaza de Mayo y una monja francesa, en una emblemática parroquia del barrio de San Cristóbal. Días después llegarán a 12 los secuestros en sucesivas razias.
Meses antes el 30 de abril de 1977, nacería la Organización “Madres de Plaza de Mayo”; el 22 de octubre del mismo año, las “Abuelas de Plaza de Mayo”; y a un año del golpe, Rodolfo Walsh publicará la esclarecedora “Carta a la Junta”, que se convertirá en un documento histórico.


UNO DE LOS TANTOS ACTOS FRENTE AL TEMPLO




LOS DESAPARECIDOS DE LA IGLESIA DE LA SANTA CRUZ

Aquel día jueves 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, dogma de fe de la Iglesia Católica, un grupo de individuos, componentes de los “Grupos de tareas” de la dictadura, vestidos de civil e identificándose como policías, interceptaron a los familiares de desaparecidos que salían de aquella Iglesia, a las 20,30 hs. cuando caían las primeras sombras de la noche.
Se llevaron a nueve personas: la religiosa francesa Alice Domon, Angela Auad, María Esther Ballestrino de Careaga, Raquel Bullit, Eduardo Gabriel Horane, José Julio Fondevilla, Patricia Cristina Oviedo, María Eugenia Ponce de Bianco y Horacio Aníbal Elbert.
Algunos de los reunidos salvaron milagrosamente la vida, ocultos entre los arbustos de los jardines del templo.
Ese mismo día desapareció de su atelier Remo Carlos Berardo, y dos días después, cuando iba a comprar el diario para ver la solicitada, fue secuestrada Azucena Villaflor. Al mediodía se produjo la detención de otra monja francesa, Leonie Duquet, quien también participaba de las reuniones de la Santa Cruz, en total fueron 12 los secuestrados.
El oscuro y siniestro teniente de navío Alfredo Astiz, que se encontraba infiltrado entre las Madres de Plaza de Mayo bajo el apellido Niño, fue la pieza central que permitió que los militares concretaran el operativo que tenía como objetivo desmantelar el incipiente movimiento de derechos humanos que se venía organizando en el país en plena dictadura.

LA CRÓNICA DE LOS HECHOS 


CINCO DE LAS DESAPARECIDAS DE LA SANTA CRUZ



Aquella tarde del 8 de diciembre de 1977, como lo hacían regularmente, se reunían los familiares de los primeros desaparecidos del régimen dictatorial (una nueva figura hasta entonces desconocida en el país), consideraban que era más seguro encontrarse en un templo y en esta oportunidad unos quince familiares de detenidos-desaparecidos se habían reunido. Desde hacía tiempo la iglesia de la Santa Cruz (ubicada en la manzana comprendida por las calles Carlos Calvo, General Urquiza, Estados Unidos y 24 de Noviembre), base de los padres pasionistas, se había convertido en el centro de reunión de personas cuyos familiares habían sido secuestrados por la dictadura militar. Astiz se había infiltrado entre ellos, bajo el nombre de Gustavo Niño, fingiendo ser otro más de los familiares damnificados.
A la mañana temprano de aquel jueves 8 de diciembre de 1977, varios agentes de la Marina fueron distribuidos en distintos puntos dentro de la Iglesia mientras se realizaba la misa de Primera Comunión. La orden: marcar a quienes fueran señalados por Astiz mediante “El beso de Judas”.
Luego, a las ocho y media de la noche un grupo de hombres vestidos de civil, que se identificaron como policías, interceptó a los familiares de desaparecidos que salían de la Iglesia, donde habían estado ultimando los detalles y recolectando la dinero para una solicitada que saldría en el diario La Nación dos días después. Se llevaron a nueve personas, secuestrando a los tres restantes en los días sucesivos.
El Ángel Rubio se presentó ante las Madres de Plaza de Mayo con la identidad falsa de Gustavo Niño, hermano de un desaparecido y comenzó a participar de las reuniones de los familiares. Proporcionó los datos que guiaron a la patota de la ESMA hasta la Santa Cruz y terminó su tarea marcando a sus víctimas con un beso.
La Iglesia de Santa Cruz fue la última tierra que ellas, las Madres, pisaron en libertad.
A finales de diciembre de 1977, cinco cuerpos aparecieron en las costas bonaerenses y fueron enterrados sin identificar en un cementerio de la localidad de General Lavalle.
En abril del año 2005, el  Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) informó en un conmovedor acto-conferencia de prensa, que las identidades de los cuerpos hallados en aquel cementerio de General Lavalle pertenecían a las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet  y a las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Careaga y María Bianco.
Por decisión de sus familiares descansan en un solar al costado de la Iglesia de la Santa Cruz    las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo: Esther Ballestrino de Careaga y Mary Ponce de Bianco, junto con la religiosa francesa Léonie Duquet y la militante de Derechos Humanos, Ángela Auad. Las cenizas de Azucena Villaflor  descansan  al pié  de la pirámide de  Mayo.
Más tarde en aquel templo, frente a las tumbas, fueron descubiertas 12 placas recordatorias de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, las monjas  francesas, Alice Dumon, y Léonie Duquet,  del resto de las madres, y  militantes  víctimas aquella trágica noche: Raquel Bullit, José Luis Fondevila, Remo Berardo, Horacio Aníbal Elbert, Gabriel Eduardo Horane y Patricia Oviedo.

LAS CUATRO TUMBAS Y LAS DOCE PLACAS EN LA IGLESIA

El gobierno nacional, en el año 2007, declaró monumento histórico a la Iglesia de la Santa Cruz, uno de los edificios más emblemáticos de la resistencia a la dictadura militar que fue lugar de encuentro de madres y familiares de secuestrados para intercambiar información y organizarse en la búsqueda de sus seres queridos.
El decreto con la firma de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner publicado en el Boletín Oficial comprende la decisión de declarar monumento histórico a la Iglesia ubicada en Carlos Calvo 3121, ciudad de Buenos Aires.
Asimismo, el artículo 2 del decreto 2130 establece la declaración de sitio histórico al predio que la iglesia ocupa en la manzana comprendida por las calles Carlos Calvo, General Urquiza, Estados Unidos y 24 de Noviembre.
Esta iglesia, edificada en estilo neogótico y con características similares a la Catedral de San Patricio de la ciudad de Nueva York, fue concluida en el año 1894 y consagrada el 3 de septiembre de 1897, también había sido declarada sitio histórico por la Legislatura porteña en homenaje a las víctimas de la dictadura militar, en noviembre de 2007.
En aquel momento era párroco del templo el sacerdote pasionista Bernardo Hughes, que recuerda así aquellos hechos: “Siento como un don del Espíritu haberme encontrado con Madres y Abuelas: no me permitieron ser indiferente”; mi casa era el lugar de las reuniones con las madres de los desaparecidos".
Luego debió exiliarse, como tantos. A su regreso terminó en Colonia Caroya, desde 1980 hasta casi 1990. El periódico Primera Página tuvo el honor de realizarle un reportaje en el año 1998, poco antes de que se acogiera a su merecida jubilación. El 22 mayo de 2017 a la edad de 83 años, el padre Bernardo falleció en su casa de Buenos Aires.

 Miguel Eugenio Germino


Fuentes:
-http://factorfotos.blogspot.com/2007/07/iglesia-santa-cruz-de-los-hermanos.html
-http://www.desaparecidos.org/arg/conadep/nuncamas/135b.html
-http://www.telam.com.ar/notas/201304/15846-azucena-mabel-y-esther-madres-recordadas-hoy-por-sus-hijos.html
-https://fm-comunicar.com.ar/noticia/3839/fallecio-el-padre-bernardo-hughes









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