sábado, 5 de diciembre de 2015

DOS DÍAS Y UNA NOCHE



 CINE: "DOS DÍAS Y UNA NOCHE"
 




Ficha técnica:
Coproducción belga-italiana-francesa
Estrenada en 2014
Escrita y dirigida por Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne
Protagonistas: Marion Cotillar (Sandra), Fabrizio Rongione (el marido) y Catherine Salée (la compañera y amiga)

Nominaciones:
Oscar a la mejor actuación femenina
Cesar a la mejor actriz
Cesar a la mejor película extranjera
Premio BAFTA a la mejor película extranjera
Premio del cine europeo al mejor guión
Critics’ Choice Movie Award a la mejor actuación femenina
Premios del cine Europeo: premio de la Audiencia a la mejor película del año
Premio Satéllite a la mejor película extranjera

Un problema individual, en apariencia menor o tal vez más común de lo que se piensa, da lugar a una gran película.
Los hermanos Dardenne no muestran movimientos sociales, arengas políticas, luchas de poder.
No lo necesitan para introducirnos en la situación de una persona que se queda sin trabajo.
Dos días y una noche es una película imperdible en esta época de discusión sobre el aporte que puede hacer el arte a la conciencia.
Los hermanos Dardenne nos proponen esta vez adentrarnos en un corto período de tiempo de una mujer Sandra que está prácticamente recuperada de una depresión. Comienza un fin de semana y es despertada de su siesta por una compañera de trabajo para informarle que ha sido despedida.
A partir de ese momento se desarrolla durante dos días y una noche, hasta el lunes a la mañana, la pelea de esa mujer contra sus miedos a una recaída, sus temores por el futuro, sus inseguridades afectivas, al tiempo que se enfrenta no ya con sus fantasmas internos, sino con las consecuencias de una crisis social, económica y laboral en esta Europa del siglo XXI.
Ese llamado la pone en antecedentes de que va a perder su trabajo a causa de que sus compañeros recibirán un bono extra. Si ella se va les pagan el bono, si ella se queda nadie cobra el extra. Esta es la disyuntiva perversa a que se ve sometida por los jefes, los encargados, los supervisores del lugar. Y también sus compañeros, que gracias a esa cifra extra pueden resolver temas pendientes de su economía.
En una pequeña historia individual se narra la gran estafa a la que son sometidos los trabajadores de esa empresa. Una empresa que se puede multiplicar por cientos en momentos de crisis.
Son 16 compañeros de clase media trabajadora en relación de dependencia a los que tiene que convencer durante ese fin de semana que no acepten el bono para que ella pueda conservar su trabajo. La duda, la culpa, el fracaso en los primeros intentos de ver uno a uno a sus compañeros, le hacen trastabillar en su necesidad.
Todo transcurre en un suburbio de una ciudad. Hay mucha cámara mostrando exteriores con casas de clase media, gente de clase media. Nada estridente, nada se exagera, solo se va detrás de una mujer que intenta revertir una situación por demás traumática.
Sandra está casada y tiene dos hijos. En esta aventura de ver uno por uno a sus compañeros tiene el apoyo de su marido que muy consciente de lo que puede significar esta situación en la recuperación de su esposa, decide acompañarla y apoyarla en todo.
Fin de semana con visitas a sus compañeros para explicarles por qué les pide que renuncien al cobro del bono extra. Es impactante y a la vez cotidiana la puesta en escena de los diferentes motivos que se argumentan para decir que no a ese pedido, a esa necesidad de una compañera. Llena de emoción a la vez que nos permite reflexionar sobre un sistema laboral que en una crisis pone al ser humano en una de las peores condiciones de humillación.
Sandra visita, habla y escucha a cada uno de sus compañeros. Cunde la desesperanza, vuelve a renacer y así nos van mostrando las diferentes situaciones que justifican el no, no renuncian al cobro del bono.
¿Qué es la solidaridad? ¿Hay límites para la solidaridad? ¿Es posible pensar en el bien general, o el bien del otro individual cuando se ponen en juego situaciones y riesgos personales?
Una familia de clase media que viene progresando ve interrumpido su ascenso económico por una crisis que deja al desnudo un sistema político y económico capaz de hacer trizas la esperanza.
Llega finamente el lunes y se pone a votación la decisión de cada uno. Sandra se queda o se va.
Los hermanos Dardenne toman un caso particular tal vez pequeño, y en un corto período de dos días y una noche ponen de manifiesto las varias formas que adquieren la desesperación, la culpa, la humillación, el miedo. Y también la esperanza a pesar de todo.
Sandra pasa por varios estados de ánimo, desde ser una mujer temerosa con el fantasma de la depresión y el abandono de su esposo, hasta llegar a parecerse a una heroína común de nuestra época capaz de pedir, entender y sobreponerse a semejante adversidad como es la falta de trabajo en una Europa en crisis.
Sandra cuenta con el apoyo incondicional de su esposo y una compañera. Vínculos estos que logran sortear tanta dificultad y sostienen a nuestra heroína.
Los hermanos Dardenne nos tienen acostumbrados a mostrar cinematográficamente pequeñas historias que se transforman en grandes películas.
Es un cine caracterizado como social, evidenciando varias facetas de la condición humana en circunstancias de alta complejidad: la actual crisis económica y social que enfrenta Europa.
Imprescindible verla y ponerla en el contexto histórico en el que fue realizada.
Una mención muy especial merece Marion Cotillar. Sencillamente maravillosa. Actriz sutil, bella, dúctil. Cualquier premio que se le otorgue será imposible de discutir.
No se la pierda.

                                                                              Alicia Usardi







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