lunes, 2 de noviembre de 2015

NUMERO CERO



CRITICA LITERARIA
NUMERO CERO
Título: NUMERO CERO
Autor: UMBERTO ECO
Editorial LUMEN
218 páginas



Umberto Eco y una provocación para pensar este momento histórico y el rol de los medios de comunicación globales y también en nuestro país. Como intelectual interpela sobre su rol. El semiólogo aporta en una entrevista un concepto para pensar hoy “…el intelectual verdadero no es el que habla a favor de su partido, sino en contra de su partido”.
Cuando tenemos noticias de que una nueva obra de Umberto Eco está por llegar a las librerías, nos ponemos ansiosos esperando la novedad del escritor. Siempre es un nutriente leer a Eco.
Filósofo, novelista, lingüista, pero por sobre todo un observador y analista profundo de la realidad de los medios de comunicación. Es casi un periodista que se permite tomar una “distancia óptima” para analizar aquello que los mismos medios se niegan a sí mismos.
Número Cero es una novela corta, provocadora de reacciones diversas que interpelan al lector descuidado tanto como a los que se referencian en el relato.
La obra se ubica en el año 1992 en Milán, característica ésta que la diferencia de sus otras obras de ficción más emparentadas con situaciones históricas no contemporáneas.
Hay una historia de amor, una muerte extraña, un reportero/ investigador que trae en forma fantasiosa una extraña trama sobre la muerte de Mussolini décadas después de acontecido el hecho. Toda la trama de ficción le sirve a Eco para ejercer una durísima crítica al periodismo.
Número Cero nos habla de Domani, el diario que nunca va a salir, y de Colonna, el protagonista de la novela.
Un hombre de alrededor de 50 años, fracasado como documentalista que es convocado por Simei, un personaje oscuro, para que sea jefe de redacción del diario. Se trata de elaborar y diseñar el diario del día siguiente que nunca verá la luz.
Domani tiene un ideólogo dueño al que hay que satisfacer, hacerle un medio a su medida. Persigue objetivos que necesita cumplimentar a cualquier costo.
Es el Commendatore.  
Eco se propone (y lo logra) una crítica al lenguaje de la prensa que distorsiona tanto lo conceptual como lo formal.
Colonna tiene como tarea coordinar a los redactores para que nadie escriba algo que pueda contradecir o perjudicar al Commendatore. Eco hace decir a uno de sus personajes “no son las noticias las que hacen el diario, sino el diario el que hace las noticias.”
Este concepto marca plenamente el discurrir de esta ficción.
Pocos renglones necesita para hablar del racismo, para hablar del Norte y el Sur de Italia.
También una caminata y un trago en algún lugar le bastan para mostrar el Milán oculto, seductor, dueño de viejas historias nunca contadas.
Pero para qué pensar en un diario que nunca va a salir. Un diario para el que el lector común no importa. Solamente se puede entender si se piensa en otros objetivos. Un medio creado para tener poder, para llegar a ciertos círculos y convertirse en una amenaza… ¿Cómo lo logra? Sencillamente fabricando la noticia, dando algo que no ocurrió, manipulando, mintiendo. O también provocando, si es necesario, un acontecimiento al que luego se lo transforma en noticia.
La información usada como herramienta de extorsión armando y desarmando relaciones financieras.
Capítulo a capítulo abre espacios que permiten identificar el “cómo” demostrar la mentira, la corrupción y como juegan este juego los medios de comunicación.
El periodismo independiente no existe. Siempre hay una intencionalidad última que se relaciona en forma directa con el ejercicio del poder.
¿Sabe el Commendatore el cómo de un diario? ¿Sabe Simei, el encargado de reclutar a los redactores y directores del diario el cómo desarrollar la noticia, la información? Parece que no. Ellos tienen el poder del dinero, de la llegada a los círculos, de la mentira.
Colonna y el resto de los redactores son perdedores.
La verdad pierde. La erudición pierde. El que sabe pierde.
Pierde una comunidad cuando el lector queda a merced del poder del medio.
Eco muestra la desigualdad que existe entre el poder del medio y los lectores. El medio como manipulador. El lector como un ser manipulable, vulnerable, crédulo. Sola hay que inventar una noticia, entrecomillarla como si existiera la fuente, y darla al gran público.
Nadie queda afuera de este ralato: la fantasía sobre la muerte y el cadáver de Mussolini sirven para poner en cuestión los secretos del Vaticano, de las redes informales de los gobiernos, de las sectas, de los gobiernos incluso de otros países.
Como dijimos, la novela se sitúa en el año 1992. Es la época de la esperanza de Italia en los jueces de las Manos Limpias. Dos años más tarde Silvio Berlusconi accede al cargo máximo en el consejo de ministros de Italia. Es un hombre poderoso en la política, en el deporte, y especialmente en los medios de comunicación.
¿Será el Commendatore de la novela un preanuncio del poder de Berlusconi?
Una novela muy crítica hacia el periodismo y los medios actuales. Revulsiva para aquellos que no se hacen cargo de ninguna autocrítica. Pero imprescindible para el lector que es a veces tenido como rehén por algunos medios.
La contratapa del libro tiene un comentario de Roberto Saviano que considera a esta novela como el manual de comunicación de nuestro tiempo.

Algunas obras de Eco:
El cementerio de Praga
El péndulo de Foucault
La Isla del Día de Antes
El nombre de la Rosa
Y una obra emblemática para los interesados en la semiología y los medios: Apocalipticos e integrados.

                                                                                         Alicia Usardi







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