jueves, 3 de mayo de 2012

UN METODO PELIGROSO



 CRITICA DE CINE:


Se despliega en este film la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender) y su mentor Sigmund Freud  y la paciente de Jung, Sabina Spielrein (Keira Knightley). A este trío se añadirá Otto Gross (Vincent Cassel) paciente libertino y trasgresor de Jung, que influirá sobre éste.

El escenario donde transcurre es el de Zurich, la capital suiza, a principios del siglo XX.

Carl Jung, por entonces discípulo de Freud con quien ha trabajado  sobre la asociación de palabras, está comenzando a tratar a una joven cercana a los 20 años, con enfermedades  físicas y  trastornos psíquicos, que se encuentra internada en un hospital público de la zona.

Freud tiene un encuentro con Jung muy prolongado, que hoy veríamos como una mezcla de salida social – pasan siete horas juntos- en la que almuerzan, Jung supervisa su tarea hospitalaria con el maestro sin animarse a desplegar toda la verdad sobre su relación con la joven paciente.  Habla también de la incipiente amenaza nazi.
Nada hay aquí de la tradicional relación médico- paciente, o analista –paciente, que sobrevendrá, como podemos observar.

Las reglas son incipientes aun al respecto, pero algo es evidente y es la prohibición de la relación sexual  entre la pareja terapéutica el discípulo se cuida de contar en este encuentro que con su joven paciente ha habido ciertos desbordes sexuales.
La preocupación de Freud – y esto es un dato pertinente- es que la política que  se avecina – el nazismo- traiga consecuencias nefastas para la practica psicoanalítica, aun considerada incipiente y audaz.

Lo primero que nos preguntamos ante este film, es si éste es un Cronemberg con la marca en el orillo. De modo muy diferente a otras películas de este intenso realizador, aquí salen a relucir lo más recóndito de las pasiones y se da vuelta como un guante el tema de la relación  analista-paciente. Junto con esto se desnudan hipocresías y se derrumban tabúes: lo perverso, lo violento, que acostumbramos a ver en este cineasta.

La transgresión de las normas no está dado en lo que siempre vemos en el realizador-fenómenos físicos-crímenes etc, sino en el advenimiento de una nueva disciplina que se gesta en un ámbito de discriminación y de violencia extrema, que desembocará  a poco andar, en la 1ª Guerra Mundial. Una gran teoría sobre la Salud Mental se desplegará en un mundo cada vez más nazi, y proviene de un médico judío como dice el mismo  Freud, encarnado eficazmente por Viggo Mortensen.

Si lo pensamos, es ésta una película de terror superior a muchas de las que filmara Cronemberg en el transcurso de su carrera cinematográfica. Hay que saber verla.

                                                                                                             Martha Silva

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