viernes, 3 de junio de 2011

RODOLFO LIVINGSTON Y LOS ESPACIOS VERDES

CONSTRUIR EN LAS PLAZAS

La justa oposición de los vecinos de Boedo a la construcción de un edificio de oficinas en la única plaza del barrio, es un ejemplo más, entre muchos, de una nefasta costumbre de los gobernantes de nuestra ciudad: construir en: parques y plazas.

Los bosques de Palermo son invadidos permanentemente por el gobierno de la ciudad, violando disposiciones vigentes. El último caso- denunciado por los Amigos del lago de Palermo- es generar “un nuevo polo gastronómico” en el paseo de la Infanta, en el parque de Palermo. El parque Warnes cercano al barrio la Paternal, (que no tiene ni una sola plaza,) ya tiene proyectos aprobados para construir torres.

El ex intendente Facundo Suarez Lastra, construyó sucursales bancarias de hormigón armado, (luego demolidas) estilo banco de Londres, en varias plazas de Buenos Aires. “¡Cuanto más lindo es hacer cola en una plaza en vez de una vereda” decía. Extendiendo un poco el razonamiento, todo debería ser instalado en las plazas, hasta completar su desaparición. Eso es lo que está ocurriendo en Buenos Aires.

El espacio abierto no es percibido como una presencia (precisamente de vacío) sino como una carencia: “¿Que podríamos poner allí?” es la pregunta, sin comprender que así como la música precisa de los silencios, el espacio habitable necesita vacíos, plazas, verdes, juego de niños.

Imaginemos una ciudad toda edificios, todo autos, todo ruido, todo tapado con carteles, todo cemento… ¿Sería habitable?. La película Blade Runner, logra transmitirnos esa sensación. A la salida del cine necesitamos dirigir la vista al cielo y respirar profundo. Quizás sea por eso que los porteños necesitamos tanto de las “escapadas”: Solo se escapan los prisioneros

Arq. Rodolfo Livingston



Rodolfo Livingston nació en Buenos Aires el 22 de agosto de 1931. Es un arquitecto con más de 3000 clientes atendidos en forma personal. Las reformas y viviendas nuevas son sus temas preferidos. Fue profesor en varias universidades y dicta seminarios de post-grado, ligando siempre la arquitectura con la vida, eje principal de su pensamiento. Creador de la especialidad “Arquitectos de Familia”, un sistema de diseño participativo que ha recibido dos premios internacionales (“Best Practices”, Estambul 1996 y “World Habitat Awards”, Bruselas 2002). Durante la década de 1990 supervisó la aplicación del programa Arquitectos de la Comunidad en Cuba. Ha publicado más de 500 artículos y reportajes en revistas especializadas y en publicaciones de interés general. Columnista semanal en “Juventud Rebelde” (Cuba) durante los años 2002 y 2003. Ha publicado una veintena de libros reeditados con frecuencia entre los que se destacan Cirugía de Casas, Arquitectura y Autoritarismo, Memorias de un Funcionario, Cuba existe, es socialista y no está en coma, Cuba Rebelde, el sueño continúa, Arquitectos de Familia, El Método, La otra arquitectura. Editorial CP67, 2004 (con otros autores). Autor en Cuba de un barrio de 124 viviendas y centro comunal. Viviendas para médicos y enfermeras residentes. Círculo infantil. Director general del Centro Cultural Recoleta en 1989. Su labor docente: Profesorados, seminarios, intervenciones radiales y periodísticas, conferencias, congresos.
Requerido por Daniel Fusaro, nuestro arquitecto miembro de la Comisión Directiva de la Asociación C. C. A. Todos por la Plaza de Boedo emitió su opinión sobre las nefastas consecuencias de la invasión edilicia en los espacios verdes de la ciudad. En nuestro particular caso la edificación se decidió preservar como memoria histórica pero, indudablemente, el propósito del Gobierno de la Ciudad de trasgredir la ley original del espacio verde dando al edificio destino de oficina pública convierte la permanencia del edificio en el trágico designio que señala Livingston: “todo debería ser instalado en las plazas, hasta completar su desaparición”.


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