lunes, 5 de abril de 2010

PLAZA FUMAROLA



INUNDACIÓN, ESPACIOS VERDES Y LA PLACITA FUMAROLA

Es bien sabido y sobradamente comprobado que las construcciones en propiedad horizontal, entre medianeras y en torres, impermeabilizan la mayor parte de las superficies absorbentes de los terrenos privados.
A las sucesivas repavimentaciones sobre el adoquinado, se suma la elevación de la calzada a niveles superiores al de la vereda, lo que aumenta la velocidad de circulación del agua de lluvia que impide la escasa o nula permeabilidad, se agrega la condición obsoleta de los desagües, superados en su capacidad.
Las frecuentes tormentas, nos enfrentan cada vez a mayores inundaciones, con anegamientos de sótanos y viviendas en los sectores bajos de la ciudad, con el consiguiente drama y perjuicios para los afectados, que jamás son compensados adecuadamente en tiempo y forma.
Esta situación, junto con el crecimiento de la población en las zonas de altas construcciones, hace que disminuyan más y más los escasos espacios verdes de que disponen Balvanera y Almagro, otra vía de absorción del agua de lluvia. El código de edificaciones ha eliminado la obligación de dejar en todos los casos pulmones de manzana adecuados, parquizados y absorbentes. A ello se agrega la multiplicación de los habitantes de cada nueva construcción respecto a los que había anteriormente en el mismo terreno. De esta manera, inexorablemente, nuestra ciudad se convertirá en un impredecible caos, peor aun que el actual. Tanto las autoridades nacionales como las locales conocen este problema histórico, pero no se agilizan las obras de infraestructura, costosas pero imprescindibles para aliviar los inconvenientes.
Ante cada nuevo aguacero se renuevan las polémicas y las promesas, que luego se diluyen en el tiempo.
Son escasísimos los espacios verdes con que cuentan estos barrios. Almagro sólo tiene una plaza, a la que confluyen en días soleados tantos vecinos que se hace imposible conseguir un pedacito de verde. Balvanera en cambio tiene varias plazas, pero insuficientes también, y se encuentran en deplorable estado de conservación. Basta dar una mirada a la nueva y pequeña Plaza Fumarola, convertida en tierra de nadie, en medio de un abandono total. A pesar de contar con rejas, no se cierra de noche, y pasa a ser albergue de indigentes y escondite de arrebatadores, a veces con resultados lamentables. La falta de vigilancia policial es absoluta. No tiene agua de riego, ni guardián; los juegos se encuentran destrozados y en extinción; los alambrados de la mini canchita quebrados; el canil fuera de uso; algunos bancos rotos y la limpieza no existe. En fin, lejos de ser un espacio de encuentro de los vecinos, la Plaza Fumarola constituye una zona de temer y mal predispone a las madres para llevar a sus chicos; el miedo y la desidia reinan en este pequeño espacio verde.
El CGPC 3 mira hacia otro lado y lo mismo hace el CGPC 5; nunca atendieron a los reiterados reclamos de los vecinos. Del mismo modo la Plaza González Tuñón se encuentra mal atendida y poco cuidada, no existe un puñado de pasto, y la Velazco Ibarra está mas atendida por los vecinos que por las autoridades. Ante estos déficits se hace más urgente que nunca llevar adelante El Parque de La Estación y El Corredor Verde al Oeste.
Desde este medio reclamamos que los dineros de los impuestos sean destinados a resolver los problemas barriales: inundación, espacios verdes, salud y educación entre los más urgentes. No se puede esperar a que la tempestad, junto con el abandono, terminen liquidando la tranquilidad de los vecinos ahogados, contaminados o intoxicados por falta de oxigeno, ante la indiferencia de sus gobernantes.

Consejo de Redacción

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