miércoles, 3 de marzo de 2010

JUNTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE ALMAGRO


Rescatar y preservar la historia del barrio

Un conjunto de vecinos lleva a cabo esforzadamente y en forma desinteresada, un trabajo riguroso para recuperar la historia del barrio, sumergiéndose en su cultura, su arquitectura, su arqueología y sus personajes. Se trata de la Junta de Estudios Históricos de Almagro. Las juntas barriales surgieron a partir de la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires, una asociación civil sin fines de lucro creada por el Primer Congreso de Historia de los Barrios Porteños, celebrado en 1968.

La Junta de Almagro nació por iniciativa del abogado e historiador Eduardo Favier Dubois, quien fue uno de los fundadores de la Junta Central, y trabajaba para que cada barrio tuviera su junta. Convocó a los interesados en participar en la proyectada entidad a través de un anuncio periodístico. La primera sesión de la junta almagrense se llevó a cabo el 24 de mayo de 1980 en el Colegio San Francisco de Sales, situado en Hipólito Yrigoyen al 3900. El presidente era el Dr. Carlos Trueba, que permaneció en el cargo hasta 2005. En aquella primera reunión, además de Trueba, estaban el Escribano Carlos Rezzónico y el Arquitecto Aquilino González Podestá, dos prestigiosos investigadores, entre otros.

La Profesora Elena Maurin de Rufino, presidenta de la Junta de Almagro desde 2006, brinda detalles sobre la forma de trabajo de la asociación: “Nos reunimos una vez por mes. Cada uno investiga por su lado los temas que le interesan. No tenemos sede, nos encontramos en un café o en mi casa. Carecemos de compromisos políticos, nuestro único interés es Almagro. Toda investigación debe estar respaldada por documentos escritos, porque los recuerdos con el tiempo se desdibujan. Después del testimonio, es necesario chequear en los archivos. Investigar la historia es meterse en el pasado y conocer a la gente, ver cómo redactaba, ver los archivos periodísticos o las escrituras”. Otra actividad que suele realizar la institución es la de organizar actos públicos para recordar hechos relevantes del barrio. Por ejemplo, se colocó una placa en el Colegio Pío IX para evocar que Ceferino Namuncurá y Carlos Gardel estudiaron allí e incluso integraron el coro.

Una propuesta que promovió la Junta y logró materializar es la designación del 28 de septiembre como el Día del Barrio de Almagro, a través de la Ley 901 del año 2002 de la Legislatura porteña. Ello en virtud de que se halló la escritura donde consta que en esa fecha de 1839 Julián de Almagro compró la parte norte de la enorme propiedad que fuera del rico comerciante portugués Carlos Dos Santos Valente, dividida en dos por la apertura de la Av. Rivadavia. La quinta de la familia Almagro, ubicada en la esquina de Rivadavia y Medrano, se empezó a tomar como referencia, y así el barrio fue adquiriendo su nombre definitivo. La gestión de la Junta también jugó un papel clave para consagrar el emblema barrial. En 1991 se convocó a un concurso donde resultó elegida la obra del escultor Amado Armas. En la insignia, la cultura y la espiritualidad están representadas por la Basílica de San Carlos Borromeo sobre la figura de un libro abierto. Una pelota y un guante simbolizan el fútbol y el box, en tanto que la guitarra alude a la fuerte presencia del tango, y el ramo de violetas, a la tradicional confitería del mismo nombre.

Los integrantes de la Junta cumplen su labor ad honorem y en condiciones precarias: “El año pasado, desde el Gobierno de la Ciudad nos prometieron un pequeño subsidio, que sería bueno para realizar alguna publicación. Nuestro trabajo es muy artesanal, la falta de recursos nos impide publicar. Es más, terminamos poniendo plata de nuestro bolsillo. De todas maneras, no creo que nos den mucho dinero, ¡si no les dan a las escuelas…!”, comenta resignada la profesora.

Cualquier vecino aficionado a la historia puede formar parte de la entidad como miembro adherente. En cambio, para ser miembro titular, el requisito es presentar un trabajo de investigación histórica sobre el barrio. Maurin admite que “en las reuniones de la Comisión Directiva somos pocos, nos gustaría ser más. A la gente le interesa la historia pero no tiene tiempo para participar”. Además de Maurin y Rezzónico, conforman la conducción de la Junta: Mauro Fernández (vicepresidente), la Prof. Olga García de D’Agostino, Néstor Canale, la Prof. Susana Shirkin y la restauradora Claudia Amiratto. Los miembros honorarios son Cayetano Bruno (sacerdote salesiano) y Enrique Puccia (periodista y poeta) –hoy fallecidos- y Favier Dubois. El presidente honorario es Carlos Trueba.

La iniciativa más reciente de la Junta, formulada con el acuerdo de la Escuela de Cerámica, es un proyecto de declaración que acaba de aprobar la Legislatura para que destacados artistas decoren la plaza Almagro

Laura Brosio


1 comentario:

Unknown dijo...

mi familia, de apellido Lynen, fue propietaria del Palacio Muñiz en la calle Mármol. Tengo el folleto original donde se anunciaba el remate de la mansión, ocasión en que la compró mi familia, que fue propietaria hasta su demolición. El folleto tiene muchas fotos y planos. Podr+ia enviarles fotos o visitarlos en mi próximo viaje a Buenos Aires. Vivo en Los Quirquinchos, provincia de Santa Fe, lugar de la estancia Maldonado, que fuera adquirida por mi bisabuelo Reinaldo Lynen, quien fuera empleado y luego socio de Erneto Tornquist.

Espero su respuesta y los saludo atte,

Luciana Gallusser - LC 6.428,722 - domicilio Vollenweider N°200- Los Quirquinchos
mail: lucianagallusser@gmail.com