martes, 2 de junio de 2009

EDITORIAL PRIMERA PÁGINA JUNIO 2009


EDITORIAL (nº 174 Junio 09)

Las próximas elecciones del 28 de junio, además de adquirir un sesgo nacional y plebiscitario, proyectan fronteras afuera del país, hacia una Latinoamérica en la que se vislumbran dos proyectos claros y definitorios, el de la exclusión y la dependencia, y el de la inclusión y la liberación económica. Así como las familias Montesco y Capuleto de la obra de Shakespeare dirimieron en Verona en el siglo XVI sus diferencias irreconciliables, hoy una oposición pertinaz, derechizada y virulenta, quiere reeditar aquel drama en la Argentina del siglo XXI, en un estéril enfrentamiento entre los poderosos que pretenden más y más riqueza y los sectores más vulnerables de la sociedad que cada día poseen menos. Allí es donde entran los grandes medios de comunicación que, liderados por la TV, arrecian su campaña de desinformación y tergiversación de la noticia, adoptando al mismo tiempo una postura abiertamente anti-oficialista y exhibiendo una descarada parcialidad militante por los candidatos de la derecha más recalcitrante. Esta campaña demuestra la urgente necesidad de implementar una nueva ley de Comunicación Audiovisual que reemplace a la 22.285 ─vigente desde la época de la dictadura─ y que frene los despropósitos de estos multimedios. Los mismos que manejan la noticia a complacencia empresarial del capital que lo regentea. Idéntica operación que se repite en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador es hoy, entre nosotros, un problema grave que debe tomarse como una “cuestión de Estado”, para que cese la intromisión de la prédica reaccionaria inspirada por el FMI, el gran capital financiero y las compañías multinacionales. Mientras continúe esta situación es imposible una salida antioligárquica, donde impere la justicia social y la auténtica independencia política que conduzca al verdadero Mayo Argentino. El avance en el terreno de las comunicaciones produjo un cambio sustancial en la forma de hacer política. Los grandes partidos políticos de amplia solvencia económica privilegian la propaganda en la TV por sobre el trabajo en las bases. Se suplanta la participación colectiva por la expectación individual, el clásico puntero local pasa a segundo plano. Se pone el acento en la figura física del candidato por sobre las plataformas, las ideas y las ideologías; se lo intenta instalar por los ojos más que por los oídos. A través de los medios se promueve el pánico social y se ejerce la industria del miedo. Se manipula así a una población cautiva de la llamada “caja boba”, que no es tal, sino que elaboradamente adormece con su mensaje las mentes proclives y frágiles, que asisten impávidas a la alevosa campaña desatada sobre la inseguridad, la violencia y el crimen en todas sus formas y variantes. Se criminaliza a los más jóvenes, más aún cuando son morochos y viven en casas precarias, inquilinatos y villas. Candidatos mediáticos hacen su agosto con campañas enfiladas a la inseguridad, soslayando cualquier otro tema social grueso. Para ellos no existe la desocupación, la falta de viviendas, los bajos salarios, ni la desigualdad social, sólo existe inseguridad, y captan con ello las mentalidades más desprevenidas. El 28 de junio se plebiscita una forma de gobierno con una manera de hacer oposición. Una oposición destructiva y descalificadora, sin ideas y sin un programa alternativo creíble, que ignora o minimiza la marginación y la pobreza, que esquiva denunciar la crisis importada “del Norte”, que es la crisis del capitalismo. ¿Será ésta una crisis cíclica más, o será la crisis económica global de carácter estructural, la última del sistema? De ser esto cierto estaría la humanidad en vísperas del alumbramiento de una nueva época, más justa y equitativa para todos. Sin embargo, los medios son cómplices de los políticos, que a su vez son cómplices de las perimidas políticas neoliberales que tratan de anestesiar la percepción de un ciudadano obnubilado por los padecimientos. En este contexto los medios hacen su “junio”, pero ¿realmente podrán continuar con el engaño?

Hasta la Próxima

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